Detrás de la Puerta sin Llave

"Todo solamente una vez acontece... y una vez sí deberá suceder... Lejos, allí donde el campo florece, debo morir y desaparecer" (Michael Ende)

lunes, 22 de noviembre de 2010

No, I'm not scared...

Siguió sentada...

'Adelante... siempre adelante...'

No logró jamás cansarse de la frase...
Sintió gritarla...

Y sin embargo, siguió sin moverse.
La princesa más pequeña...
Apenas creía recordar su nombre...
Apenas quedaba un caballero con dotes de hechicero que la miraba como princesa y le hablaba a pesar del silencio y la abrazaba a pesar del mármol del que parecía hecha...

Había estado sentada a la puerta del castillo durante tanto tiempo, que era imposible distinguir si aún había algún latido debajo de la nieve y la arena o si no era más que el cuerpo putrefacto de un monstruo con aires de realeza...

Esperaba pertenecer a tu cuento y se sentó a esperar frente a tu puerta...
Te escuchaba roncar en la torre...

Apenas derramó una lágrima que se congeló en plena caída...
Los labios se le resecaron...
Los ojos se le cristalizaron...
Las manos se le cuartearon...
Y el cabello se le cayó...

El vestido de seda, tu obsequio por las fiestas, se le incrustó en la piel, le desgarró el alma... Lo había arruinado con la sangre que se endurecía tan pronto abandonaba sus venas.

Apenas tenía corazón... Y deseaba que hubiera sido lo primero en ceder...

Ya no pensaba...
Ya no se movía...
Y prácticamente nadie notaba que todavía sentía...
Que debajo del traje de hielo y el disfraz de monstruo aún se sentía una princesita...

Y no entendía por qué el hechicero aún intentaba salvarla...
Por qué el caballero aún intentaba salvarla...

Ya no era más que un monstruo...
No más que un trozo de mármol herido y pútrido sin esperanza ni destino...

Sin un lugar al cual llegar por las noches...
Sin un lugar en el cual despertar cada mañana...
Sin besos de despedida...
Sin flores en la puerta...
Sin obsequios de navidad...
Sin abrazos de fin de año...
Sin caricias nocturnas y sin desayuno por la mañana...

No era más que una niña...
Demasiado pequeña para entender...
Aún más para aprender...

Ahora no es más que un monstruo...

Dicen que lleva ya mil años en el mismo sitio...
Tú sigues roncando en su torre de marfil...
El caballero aún la cuida y busca la poción que le devuelva el espíritu que tu puño le arrebató...

Y ella sigue sentada...
Con el rostro hacia la calle y la mirada perdida en el infinito...

Esperando que el caballero le grite que aún existe o se canse y por fin, le arranque los ojos para que sólo mire... Nada...

Porque quizá, como toda princesa... Aún se siente un poco inmortal...


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Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

viernes, 1 de octubre de 2010




Fue un sueño… y me gustó…


Un sabor diferente en la boca y una especie de viento que soplaba en mis oídos acompañaron al amanecer… No me pude levantar al momento...


Quizá aún es demasiado temprano…


Recordé que era un gran día… Para ellos ése sería EL día… Intenté apresurarme pero las piernas apenas me respondieron…


Quizá aún es demasiado temprano…


Me apresuré a buscar el armatoste con el que quería capturar cada segundo de esa noche y extenderlo por el resto de sus vidas… El armatoste tardó en obedecer…


Quizá aún es demasiado temprano…


Intenté correr y miraba el reloj a toda hora… Parecía que el tiempo se había detenido…


Quizá aún es demasiado temprano…


Lo que es difícil de entender es que cuando decide reanudar su marcha, pareciera volar, como si quisiera recuperar las horas que durmió… El tiempo a veces me arruina los días…


Como siempre… Llegué tarde, con la mitad del maquillaje puesto, el peinado revuelto, 3 bolsas en las que era imposible encontrar algo… y con la duda de en qué demonios perdí la mañana…

Quizá era demasiado tarde...


Entre refunfuños y desesperación caminé por el pasillo para tomar un lugar en el cual sentarme… mientras lo hacía, me regañé y pensé:


Quizá quise hacer demasiado…


Quizá perdí innecesariamente tiempo necesario…


Quizá no debí demorar tanto el asunto del cabello…


Quizá no debí mirarme tanto al espejo…


Quizá…


Quizá…


Quizá…


Quizá…


¡¡¡¡SHHHHHHHHHHHHHH!!!



Ahí estaban ya… Ella radiante y más hermosa que nunca… Él con sus labios serios e inmutables, pero la dicha inconfundible en la mirada... Necesité callarme y entender la imagen y la belleza y amor en ella… Entendí que el aire tenía un sabor a vainilla y canela… pero a la vez a jazmines y cerezas… Y a pesar de todo, no terminaba de entender su sabor… Ridículamente busqué neblina o nubes a su alrededor, era perfecto y tal perfección sólo está en los cuentos que mamá lee cuando somos niños… busqué la nube que los sostenía y no estaba… Se tomaron de las manos y supe que el matrimonio no es un premio… El matrimonio no es un sueño de esos que se tienen al cerrar los ojos… El matrimonio no es una atadura… Este matrimonio es real... Entonces recordé que la misma realidad en ocasiones, es tan perfecta que es como soñar, pero mejor… sin el temor a despertar o el deseo de volver a dormir…


Quizá sea su ‘felices por siempre’


Quizá sea su magia que salva al príncipe y a la princesa


Quizá sea su presente y su futuro


Quizá sea sus recuerdos y sus anhelos



Pero para mí… Fue un sueño… Y me gustó…

Y esque para el amor nunca es demasiado temprano... Ni demasiado tarde...

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domingo, 18 de abril de 2010

Bailando para el enemigo... ¿o no?


Eras tan pequeña... ¿Por qué no?

-No quiero pensar... recordar... no quiero...

Ya empecé a hablar... Lo siento.

"Endereza la espalda...
Mete la panza...
Acomoda el pasador que sale de la red en tu cabello...
Camina derecha...
¡Perfecta!

Niñas... Improvisación... ¡Mímica!"

Como siempre... tomaste un almohadón para ti... era rosa y recostada sobre él parecías un gran y raquítico algodón de azucar. Justo ese día el hermoso recogido que te había hecho la abuela lucía un esmero especial, tenías sólo 5 años y le insististe que fuera más bello que nunca... Lo logró, incluso tus amigas te habían preguntado si las podría peinar igual algún día... Dijiste que no... Ja Ja Ja... Pequeña egoísta y presumida...

- ¿Por qué eres cruel?

No lo soy.

- Lo eres...

No. Estabas recostada en posición fetal; apuntaste torpemente los pies y acercaste tu frente a las rodillas; en una mano sostenías una flor que tomaste antes discretamente del florero de la dirección, con la otra cubrías tu rostro... Sólo faltaba un último detalle... Cerrar los ojos...

Dance for me!...

Un tintineo suave que hizo callar todo murmullo te indicó que cada mirada estaba posada en ti, esperando que movieras aunque fuese un dedo... de repente un pequeño golpecito de la música que resonó en las cuatro paredes de espejos que te rodeaban te indicó que era buen momento para abrir los ojos... lo intentaste... y no pudiste... no moviste un sólo músculo... te quedaste ahí... acostada y empezaste a llorar en silencio... Lo recuerdas... Sé que lo recuerdas... Te sentiste tan ridícula entonces... tan pequeña, la primera vez que te sentiste pequeña... ni siquiera haber recibido tus nuevas zapatillas de razo te hizo levantarte y lucirlas... Habías rogado por ese momento durante tanto tiempo...

Sólo ella se dio cuenta y se acercó a secar las gotitas de agua que resbalaban por tus mejillas, besó tu frente y dijo que no era necesario si no querías hacerlo... Y aún más ridícula te escuchaste al decir: Quiero hacerlo... Te justificó ante la gente que te juzgaba y las demás niñas que ahora se reían bajito porque no habías podido...

Fue entonces que me encontraste...

- No te encontré...

Tienes razón... Siempre estuve ahí...

- Sólo te vi...

Me habías tenido frente a ti...

- Sólo te escuché...

Estuve alrededor de ti todo ese tiempo...

- Tú me hiciste fijar mi mirada en ti...

Mientras te peinaba la abuela...

- Me hiciste fijar mi mirada en mi...

Mientras ibas por el almohadón rosa...

- No quería que estuvieras...

Mientras te recostabas y lucías como un algodón de azúcar...

- Estabas detrás de ellos, de ellas...

Mientras llorabas...

- Permitiste que se rieran...

No fue mi culpa

- Lo fue...

Yo sólo estaba ahí...

- Me viste llorar... Y no te importó...

¿Qué más podía hacer?

- Nadie me hizo levantarme...

¿Querías que te hiciera levantarte?

- Sí...

Levántate...

-Demasiado tarde...

Me abandonaste... No podía hacer más... Después de que esa tarde ella habló con tus padres y le permitiste quebrar a tan corta edad el sueño, huiste de mi, de ella, de las zapatillas de razo, de los hermosos peinados de la abuela, de las medias rosas y la mascada. Te quedaste sólo con el recuerdo de una fotografía... Ya no podía levantarte...

Pero volviste...

-No debí...

Sabía que lo harías... Y te quedaste...

-Sólo 5 años

No... Levanta el rostro... mírame de nuevo... Aquí estoy... Mírame y dilo otra vez...

-Te veo aún con los ojos cerrados...

No necesito explicarte la razón...

-No

No importa... Mírame... O... ¿estás llorando de nuevo?

- No importa...

Dance for me, my love...

Levántate... Recuerda el miércoles que parecía uno cualquiera... Recuerda el día en que me recordaste mirándote a los 5 años... Tenías 14 entonces y mientras la música te envolvía, mientras sentías que aprendías cada segundo más, mientras marcabas cada golpe de la música perfectamente, sin permitirle a tu cuerpo dudar... Mientras perdiste la noción de ti, del tiempo, de la gravedad, de la física, de la agonía, de las cuentas... Recuerda tu sonrisa repentina... Y cuando te percataste de ella... Recuerda tu sorpresa... Nunca volverías a estar ahí porque necesitabas hacer ejercicio... Estabas ahí porque amabas estar ahí... Amabas la duela bajo tus pies... Amabas la música en cada rincón... Y volviste a llorar. Avergonzada, secaste la lágrima, pero no dejaste de moverte... Y me viste...

- Fue la única vez que te miré directamente...

Nunca volvió a ser necesario... Sin embargo... Hoy te sientas justo a la mitad para que no logre alcanzarte... Regresaste a la posicíón fetal y has dejado de verte como un algodón grande y raquítico... Sin embargo... Aún lloras... Aún lloras demasiado...

- Nunca es suficiente.

No intentes engañarme... Te vuelves a ir... y pretendes no volver jamás... JA... pequeña ridícula... sabes que regresarás... siempre regresarás... Siempre seré tu mejor público, tu mayor admirador... quien te mira llorar y abrazar las piernas... quien sabe que no puedes evitar escuchar una canción y comenzar a pensarla en ochos, con unos saltos por aquí y un movimiento amplio de brazos por ahí... Soy tu mayor admirador...

-Basta... Ya no lo eres... Dejaste de serlo hace tiempo... Deja a un lado tu ego... Te sientes mi admirador, incluso el mejor, simplemente por gritarme a mi alrededor... Por mirarme y creer que ves quien soy... Si regresé, no fue por ti. Ya no eres quien crees que eres...

Lo sé...

-Y ella... Siempre deseé que si tenía que irse, simplemente lo hiciera...

No tiene que irse... La amas... sabes que la amas... Y él lo dijo: Nunca pensé que podrías bailar 'así'... Y yo... Soy más que tu juez, que tu contraparte, que tu antagonista, soy más que quien te mira y te regaña y te grita que eres estúpida... Soy más que tu danza... más que tus secretos... más que tus miedos... Soy más que tu cobardía... Soy más que tu espejo...

-Sólo eres un espejo...

Soy tu mayor admirador... Tu mejor público... No vuelvas a irte... Ya no puedes irte...
-No lo eres... Sólo eres un observador desentendido y ególatra. Sólo disfrutas verte en mis ojos... Es para lo único que te sirvo.

Dance for me, my love...

Levántate... Y baila para mi... Sabes que quieres hacerlo... Aunque... Si no quieres... No tienes que hacerlo...

-Ridículamente, quiero hacerlo... otra vez...

¡Estúpida! Lo sabía...

Baila ahora...


Y bailé para el espejo hasta que paré de llorar y me fui dormir reconfortada como un algodón de azúcar sobre mi almohadón rosa.

lunes, 15 de marzo de 2010

Miss Murder...



Ellas comparten más de lo que cualquiera pensaría...



Ambas son solitarias...

Ambas se sintieron engañadas y opacaron su último grado de inocencia...

Ambas se miran al espejo y no saben qué encontrar...

Ambas son traicionadas por la persona en la que más confiaban...

Ambas carecen de algo...

Ambas son tan manipulables...

Ambas podrían cuestionarse: ¿Qué es un alma gemela?... Un padre? Un príncipe? Un amigo?...

Ambas buscan un final feliz... Aquél, en el que tiempo atrás dejaron de creer...



Quizá simplemente intentan volver a creer en uno.

Quizá lloran cuando nadie las ve...

Quizá sólo buscan un respiro, una canción, una promesa o un sueño al que aferrarse...

Quizá sólo buscan encontrarse entre páginas de libros separados para tener quien las entienda...

Quizá si se encontraran se odiarían...

Quizá se postrarían una frente a la otra, amenazadoramente...

Quizá se atacarían...
Y veríamos plumas negras que van y vienen... sin saber a cuál de las dos pertenecen...

Quizá alguna decidiría, repentinamente... que aquella no es la mejor noche para morir y simplemente se iría...



Quizá...

Siempre hay un mar de posibilidades...

martes, 9 de marzo de 2010

Viaje bueno Alicia...


Hace 24 hrs. comencé un paseo cuyo destino desconocía...

Decidí que no quería recorrerlo sola, así que tomé una mano muy pequeña entre la mía y comenzamos a andar.

Ella caminaba torpemente tomada de mi mano, reía y quería tocar todo a su alrededor... no entendía por qué... yo caminaba sin mirar al frente, miraba el suelo... quizá el piso sobre el que andábamos cambiaba sin sentido y aún más rápido de lo esperado y yo, simplemente no lo noté...

Nos sentamos y comencé a recordar, habían tan buenos recuerdos de los cuales escoger... Aunque sí, también habían recuerdos malos, amargos, crueles... Años en soledad, años con piñatas y dulces, años con un abrazo improvisado y frío, años ausentes... tantos años de los cuales elegir...

De pronto... Una canción, una visita inesperada, una mano amable, fuerte, comprensiva, compasiva, alegre tomó la mía... Pierrot the Clown había ido a verme, a abrazarme, a decirme que no era sólo un día más... había algo especial, al menos para él... Puso una canción que evocaba recuerdos distintos y comenzaron a resbalar por mis mejillas unas cuantas lágrimas... Hacía mucho que no lloraba de alegría, hacía mucho que no recordaba tantas cosas buenas... y Pierrot estaba ahí, abrazándome...

Ella parecía haberse esfumado... talvez había huído de él... talvez había temido volver a encontrarse con esos ojos tan limpios y sinceros que buscaban su mirada y que ella entre sollozos evadió aquella vez... talvez había temido a su perspicacia, su sinceridad; a su manera de conocerla, de leerla, una niña podía temer tanto?

Yo seguía ahí... aferrada a los recuerdos y a él... Ella regresó, con toda su inocencia, con todo su miedo, con todo su amor, a mi lado... Lo miraba, él apenas se percató de su presencia se aferró a mí con mayor fuerza aún, ahí estaba esa pequeña inocente, cobarde, pequeña al fin y al cabo... me abrazó como si la protegiera de todo... y eso mismo hizo...

Entonces... Me di cuenta de que no tenía idea del lugar en el que me encontraba... Aún entre sus brazos había mantenido la vista hacia abajo... me alejó un poco y tomó mi mano... yo a su vez tomé la suya y la de mi pekeña acompañante... Decidimos seguir nuestro camino.

No sé aún cuánto tiempo pasó... (sabes que soy terrible cuando de tiempo se trata) sólo recuerdo haber llegado a una enorme caja... era grande y quería ver su interior... Pierrot me miró y sonrió, fue la sonrisa más esperanzadora de mi vida... Entonces... miré bien... ahí estaba un ingrediente faltante, un ángel verde y gris, me abrazó y susurró para mi: feliz cumpleaños... La había necesitado tanto!

Contaba con tres acompañantes ahora, el ángel jugaba con la pequeña, le había hecho tanta falta. Jugaban, reían, hablaban... la había extrañado tanto... Yo me senté a un lado a mirarlas jugar y a maravillarme con ellas... Las miraba y reía de sus juegos al grado de que me olvidé de la caja enorme que tanto había robado mi atención, pero ahí seguía...

Avancé hacia ella... dudaba en abrirla... podría haber una bomba...
Los miré a los tres... detuvieron los juegos y me miraron como si el acto que estaba a punto de hacer fuera de una solemnidad trascendental...
Tomé la tapa de la caja y la levanté...

Bum!!!

Sí, era una bomba... Una bomba de colores, de amor, de aves, de corazones latentes, de estrellas, de flores... de sueños, de magia de vida, de amor... Había explotado... y había llenado el día de un sentido que hasta entonces no había encontrado...

Me perdí unos segundos, aturdida por la explosión... Al volver a la 'realidad' me di cuenta de que no sabía en dónde estábamos...

Me busqué... La busqué... No estaba. Me busqué... La busqué... no, no estaba... era sólo una bebé, no debía estar sola... en dónde estaba?... Era sólo un bebé... sólo un bebé!!! y estaba incompleta... no podía andar sola... Menos aún incompleta... Era pequeña, era ingenua, era inocente, era tonta, torpe, débil... No resistiría... En dónde estaba??...

Era mi culpa... había llevado de paseo a un bebé incompleto que podría perderse... que lloraba y lloraba... era mi culpa haberla perdido... la odiaba por ser como era, por haberse ido y haberme dejado... por estar incompleta y ser más débil por lo mismo... Me busqué... La busqué... ¡No estaba! La odiaba...

Caminaba, corría... no estaba... No tenía caso...

Me busqué... La busqué...
...
...

...

... Ahí estaba... Jugaba con los colores... Habíamos ido tan lejos que habíamos sido expulsadas... Me encontré... La encontré... Expulsadas en un país de maravillas.

Había llevado a una bebé incompleta de paseo... Fuimos arrojadas... La miré a los ojos y lo noté... justo ese día, justo esas horas... fue el ser más completo sobre la faz de la tierra... Estaba completa... no necesitaba más...

Día perfecto... Viaje Bueno... Bebé... completo...

Al menos por hoy...

miércoles, 3 de marzo de 2010

Algo no iba a salir bien...


18 años y 6 meses atrás faltaban 2 meses y unos días para que llegara al mundo un nuevo bebé... sí, uno más...
Sólo 2 meses... Destinada a ser la primera, la primer niña, la primer nieta, la primer hija, la primer sobrina... Despertaba celos en la tía más pequeña; provocaba el amor de una madre y un padre jóvenes... Colmaba de sueños las vidas de todos los miembros de la familia, una familia grande, cabe mencionar...

Faltaban sólo 2 meses...

¿Quién diría que esa bebé nunca sería lo que todos imaginaron?... Faltando sólo unas semanas para que todos pudieran ver sus ojos, sentir sus manos y oír su llanto... Sucedió lo que nadie planeó. Aún yaciendo dentro del vientre materno, enfermó y nadie lo supo hasta que, por fin, les fue posible tenerla en brazos.

Pocos meses después de su nacimiento, sólo negativas eran claras... Nunca vería lo que el resto de la gente ve... Nunca sería como el resto de los niños... Nunca podría jugar deporte alguno porque 'era peligroso'... Nunca podría ser una bailarina real porque su perspectiva no era la adecuada... Nunca... La bebé estaba incompleta... Algo andaba mal...

Aún ahora, pasados tantos años... hay quien en la familia culpa a los médicos, al hospital y a la incubadora. Aún ahora, aquella pequeña sabe que su madre lamenta lo sucedido y se culpa...

Aquella niña que nació el 9 de marzo de 1991, sabe que, pasados casi 19 años... aquel domingo en el que se volvería a enfrentar a los efectos en 3D, su madre no pidió sentarse a su lado sólo porque sí... Sabe que cuando ella la vio con un par de lentes en las manos temblorosas y la abrazó, fue porque ambas tenían miedo... Sabe que cuando, antes de usar los lentes con los ojos cerrados y lloró, su madre la abrazaba porque trataba de darle el valor necesario de abrirlos... Sabe que cuando los abrió y entre sollozos dijo: no puedo... no puedo verlo... Su madre también lloró en silencio para que ella no notara cuánto le dolía.

Faltaban sólo 2 meses... Y algo no iba a salir bien... bebé incompleto...

Eran sólo unas semanas...

Talvez... le gustaría saber qué habría pasado si su padres lo hubieran sabido antes de que ella estuviera entre sus brazos... aún la habrían esperado con tantas ilusiones? Aún la habrían esperado siquiera?... talvez... ella preferiría no ser especial en absoluto... Al menos, no por culpa de esos 2 meses...

miércoles, 24 de febrero de 2010

Never enough...


Ya estará lista...
Sí... pronto...
Algún día, pequeña...
Sí, yo opino que deberías...
Hazlo...

Lo había escuchado... lo había leído... lo había soñado... Era tanto... era 'demasiado'...

Me fue muy fácil acudir a mis miedos y usarlos como vía de escape... sí, en parte ahí comenzó todo... en la cobardía de la 'pequeña niña'... poco después comencé a preguntarme si en realidad eso era todo...

Llegó un momento en el que no supe si en verdad era temor o si era mera arrogancia... Talvez un poco de ambas. Talvez los últimos días me había sentido más frágil de lo normal, más... a pesar de que con mi carácter sólo necesito respirar para sentirme frágil.

Una noche... un mal desagradable... y además doloroso, se apoderó de mi pecho, no me dejaba tomar aliento y me invadía la necesidad de llorar... no lo hice ya que, al no saber el porqué de su regreso, lo consideré inútil. Lo guardé en el sitio del que vino y me fui a descansar. Aún ahí, recostada mirando el techo curvo de la habitación, quise llorar, pero no... mi sueño resultó ser aún más pesado y antes de lograr derramar la primer lágrima... me dejé vencer por el cansancio.

La sensación no era nueva... pero esa noche me encontraba encerrada y era tarde. No había viento que me hiciera detenerme a respirar, ni tierra que me dijera que podía llorar, ni árboles que gritaran conmigo, ni Luna que dijera que podía correr... Esa noche no encontré la magia, muy a mi vergonzoso pesar; talvez fue que no la busqué en dónde debía... no estaban esos brazos que la última vez me habían arropado, no estaba aquel pequeño niño sin palabras que, al verme llorar de ese modo, sólo pudo abrazarme, decir que me quiere y rogar porque dejara de hacerlo... No estaban, esa noche era sólo yo.

Justo entonces quise hacerlo... pero sucedió lo inevitable... temí. Le tuve miedo a perder el control, a llorar sin razón aparente, a parecer ridícula incluso para mí misma... tuve miedo a llorar tanto que aún en sueños seguiría haciéndolo... Tuve miedo...

Aún por la mañana sentía que me ahogaba con mi propia respiración, había dormido lo suficiente, o al menos más que la noche anterior, y no podía sentirme más cansada... Me sentía molesta; el nudo en el pecho y el latido del corazón que cada segundo era más fuerte, más ruidoso, más desesperante no se iba...

Al mediodía, jugando con una paleta cuyas gomitas son las mejores que he comido en mi vida; la única voz que había necesitado todo ese tiempo, dijo: en realidad, nunca es suficiente... Él hablaba de la paleta y yo comencé a enredarme entre mis dudas, mis miedos, mi llanto reprimido, mi dolor aún misterioso que trataba de olvidar para no preocuparle y... entonces, por mi cabeza rondó una pregunta... Si nunca es suficiente, ¿Cómo saber si estaba lista? ¿cuándo sabría que ya era hora? mi primer pensamiento me dijo que simplemente llegaría y ya... ¿Llegaría y ya?

Soy mala... muy mala para interpretar indirectas... y quise entenderme. Me encontraba inmersa en un juego de caritas con figuritas rojas y azules, de figurillas con alambre y de un señor que nos miraba fascinado y sonreía...

Recordé entonces a un maestro... un confidente al que acudía en las discusiones que me hacían sentir que todo terminaba... un cómplice que me escuchó cuando por capricho casi abandono todo... recordé el mejor consejo que me pudo dar... recordé la vez que me senté frente a él y dije: yo sí quiero escuchar... Sí, su consejo había sido el mejor... había dicho una sola palabra...

'Escribe...'

Lo había tenido presente siempre... y justo después de su recuerdo... Acudió a mi memoria una persona más. Mi maestro... mi sensei... El primero que leyó un ensayo que nunca fue leído por más de 3 personas. El más adecuado para juzgarme, para leerme... para ser el primero en hacerlo, al menos en esa ocasión. Por ese ensayo, por su temática, por la confesión que lleva entre líneas... sabía que él temía un poco por mí... incluso yo temía por mí... Así que él, tratando de no demostrarlo y de protegerme... dijo:

'Es muy bello. Pero... ¿Crees que valga la pena?'

Un timbrazo me hizo regresar de golpe... Estaba un poco mareada... La pregunta no paraba de rondar mi cabeza... ¿Vale la pena? ¿En serio vale la pena? Seré yo en palabras, serán mis secretos que dejarán de ser secretos y... ¿las tres personas precisas?... ¿Vale la pena?...

Cuando él lo preguntó no me resultó tan difícil darle vueltas al asunto y dejarlo en un: talvez...
Hoy, enfrentándome a mí misma... fue más difícil que nunca...

Así que, hace unos minutos, sin tener idea real del tiempo que ha pasado, me senté frente a la computadora a escuchar música, procurando desahogar esas lágrimas que siguen sin querer salir... Creo que han estado tanto tiempo dentro, que ellas ya también temen dejarme. No pude deshacer el nudo, así que decidí comenzar a coreografiar con los dedos...

No entiendo aún porqué regresó aquella sensación... no entiendo porqué regresó justo ahora... no entiendo porqué no puedo llorarlo... por ahora no... pero confío en que, cuando crezca lo haré... por ahora, entiendo que está aquí para darme el valor o para idiotizarme lo suficiente como para hacerme escribir y publicar...

Quisiera concluir diciendo...

Él preguntó si vale la pena... Y sí... sí lo vale.


Pero aún soy pequeña para saberlo... así que lo haré diciendo...

Hoy no sé si lo vale o no... Pero puedo intentar descubrirlo...
'Nunca será suficiente'... pero creo que ahora es el momento de empezar...

Who can name the face?

Who can name the face?
Sólo pretendía ser amada... Quizá comprendió demasiado tarde la paradoja de que con aquella máscara sólo impedía lo que tanto anhelaba...