Detrás de la Puerta sin Llave

"Todo solamente una vez acontece... y una vez sí deberá suceder... Lejos, allí donde el campo florece, debo morir y desaparecer" (Michael Ende)

miércoles, 24 de febrero de 2010

Never enough...


Ya estará lista...
Sí... pronto...
Algún día, pequeña...
Sí, yo opino que deberías...
Hazlo...

Lo había escuchado... lo había leído... lo había soñado... Era tanto... era 'demasiado'...

Me fue muy fácil acudir a mis miedos y usarlos como vía de escape... sí, en parte ahí comenzó todo... en la cobardía de la 'pequeña niña'... poco después comencé a preguntarme si en realidad eso era todo...

Llegó un momento en el que no supe si en verdad era temor o si era mera arrogancia... Talvez un poco de ambas. Talvez los últimos días me había sentido más frágil de lo normal, más... a pesar de que con mi carácter sólo necesito respirar para sentirme frágil.

Una noche... un mal desagradable... y además doloroso, se apoderó de mi pecho, no me dejaba tomar aliento y me invadía la necesidad de llorar... no lo hice ya que, al no saber el porqué de su regreso, lo consideré inútil. Lo guardé en el sitio del que vino y me fui a descansar. Aún ahí, recostada mirando el techo curvo de la habitación, quise llorar, pero no... mi sueño resultó ser aún más pesado y antes de lograr derramar la primer lágrima... me dejé vencer por el cansancio.

La sensación no era nueva... pero esa noche me encontraba encerrada y era tarde. No había viento que me hiciera detenerme a respirar, ni tierra que me dijera que podía llorar, ni árboles que gritaran conmigo, ni Luna que dijera que podía correr... Esa noche no encontré la magia, muy a mi vergonzoso pesar; talvez fue que no la busqué en dónde debía... no estaban esos brazos que la última vez me habían arropado, no estaba aquel pequeño niño sin palabras que, al verme llorar de ese modo, sólo pudo abrazarme, decir que me quiere y rogar porque dejara de hacerlo... No estaban, esa noche era sólo yo.

Justo entonces quise hacerlo... pero sucedió lo inevitable... temí. Le tuve miedo a perder el control, a llorar sin razón aparente, a parecer ridícula incluso para mí misma... tuve miedo a llorar tanto que aún en sueños seguiría haciéndolo... Tuve miedo...

Aún por la mañana sentía que me ahogaba con mi propia respiración, había dormido lo suficiente, o al menos más que la noche anterior, y no podía sentirme más cansada... Me sentía molesta; el nudo en el pecho y el latido del corazón que cada segundo era más fuerte, más ruidoso, más desesperante no se iba...

Al mediodía, jugando con una paleta cuyas gomitas son las mejores que he comido en mi vida; la única voz que había necesitado todo ese tiempo, dijo: en realidad, nunca es suficiente... Él hablaba de la paleta y yo comencé a enredarme entre mis dudas, mis miedos, mi llanto reprimido, mi dolor aún misterioso que trataba de olvidar para no preocuparle y... entonces, por mi cabeza rondó una pregunta... Si nunca es suficiente, ¿Cómo saber si estaba lista? ¿cuándo sabría que ya era hora? mi primer pensamiento me dijo que simplemente llegaría y ya... ¿Llegaría y ya?

Soy mala... muy mala para interpretar indirectas... y quise entenderme. Me encontraba inmersa en un juego de caritas con figuritas rojas y azules, de figurillas con alambre y de un señor que nos miraba fascinado y sonreía...

Recordé entonces a un maestro... un confidente al que acudía en las discusiones que me hacían sentir que todo terminaba... un cómplice que me escuchó cuando por capricho casi abandono todo... recordé el mejor consejo que me pudo dar... recordé la vez que me senté frente a él y dije: yo sí quiero escuchar... Sí, su consejo había sido el mejor... había dicho una sola palabra...

'Escribe...'

Lo había tenido presente siempre... y justo después de su recuerdo... Acudió a mi memoria una persona más. Mi maestro... mi sensei... El primero que leyó un ensayo que nunca fue leído por más de 3 personas. El más adecuado para juzgarme, para leerme... para ser el primero en hacerlo, al menos en esa ocasión. Por ese ensayo, por su temática, por la confesión que lleva entre líneas... sabía que él temía un poco por mí... incluso yo temía por mí... Así que él, tratando de no demostrarlo y de protegerme... dijo:

'Es muy bello. Pero... ¿Crees que valga la pena?'

Un timbrazo me hizo regresar de golpe... Estaba un poco mareada... La pregunta no paraba de rondar mi cabeza... ¿Vale la pena? ¿En serio vale la pena? Seré yo en palabras, serán mis secretos que dejarán de ser secretos y... ¿las tres personas precisas?... ¿Vale la pena?...

Cuando él lo preguntó no me resultó tan difícil darle vueltas al asunto y dejarlo en un: talvez...
Hoy, enfrentándome a mí misma... fue más difícil que nunca...

Así que, hace unos minutos, sin tener idea real del tiempo que ha pasado, me senté frente a la computadora a escuchar música, procurando desahogar esas lágrimas que siguen sin querer salir... Creo que han estado tanto tiempo dentro, que ellas ya también temen dejarme. No pude deshacer el nudo, así que decidí comenzar a coreografiar con los dedos...

No entiendo aún porqué regresó aquella sensación... no entiendo porqué regresó justo ahora... no entiendo porqué no puedo llorarlo... por ahora no... pero confío en que, cuando crezca lo haré... por ahora, entiendo que está aquí para darme el valor o para idiotizarme lo suficiente como para hacerme escribir y publicar...

Quisiera concluir diciendo...

Él preguntó si vale la pena... Y sí... sí lo vale.


Pero aún soy pequeña para saberlo... así que lo haré diciendo...

Hoy no sé si lo vale o no... Pero puedo intentar descubrirlo...
'Nunca será suficiente'... pero creo que ahora es el momento de empezar...

domingo, 21 de febrero de 2010

The Unread Story...


Había sido una tarde extraña. Desde la noche anterior las cosas no habían resultado bien... Tenía tantas dudas, necesitaba distraerme... y no sucedió. Añoraba a mi mejor amigo; sus abrazos, su manera de decir que todo estaría bien, su manera de distraerme y hacerme sonreír; y a mi mejor amiga, su alegría, su sinceridad, su manera de decir: 'ay, mi pequeña! qué haré contigo?'... pero no, esa tarde no estaban... así que decidí que sólo quería dormir y olvidarlo todo. Tampoco pude. Comenzaba a resignarme cuando ella llegó... un tintineo en la pantalla de la lap top... una ventanita que lanzaba blasfemias contra la energía eléctrica y una charla que, horas más tarde seguiría sin concluir.

Hablando de películas, de soledad, enfermedades, discusiones, vendedores de drogas, dependencias, rupturas y cajas de cartón, llegamos al embarazoso tema que había estado evitando; no quería llegar a él, no quería responder, no quería pensar... no en él... hoy no quería pensar en él... con ella fue inevitable... 'tenía q ponerla al tanto de los últimos sucesos'... Quizá porque hablo de más, quizá porque no pienso lo que digo, quizá porque digo lo que no quiero decir; comenzamos un pequeño enfrentamiento que se basaba en la pregunta: 'a qué le tienes miedo?'... y por primera vez en mi vida lo compartí con alguien real... ella leyó con paciencia y supo descifrar aquello que quería decir y no sabía plasmar en palabras sin juzgarme demasiado.

Talvez porque era necesario, cambié el tema y ella lo permitió. Ninguna de las dos sabíamos que iba a resultar el mismo conflicto. Las dos am y yo aún charlaba con mi mejor amiga... 'no es amor' alegué todo el tiempo a pesar de que ella lo discutió siempre aferrándose a una razón nueva o a detalle alguno que lograra recordar. Debo aceptar cuánto admiro su perspicacia, su nivel de insistencia y el grado de razón que puede llegar a tener, además de que sabe aceptar cada uno de mis argumentos, sin importar demasiado que sean ridículos o mal fundamentados y me corrige de la manera más amable en ellos... por eso la amo tanto.

Después de horas de debatir sobre lo mismo, concluí que seguíamos sin encontrar la respuesta, que yo seguía opinando que no y ella que sí... pero que si algún día se me ocurría decidir q siempre sí era tal, no tendría caso alguno... al fin, no ganaría ni perdería nada... lo supe, se lo dije y cuando preguntó el porqué, le expliqué mi predicción:

Si lo es, simplemente esperaré a q pase... y ya... talvez, en unos 4 años, habiéndolo olvidado, me pare frente a él como su amiga inseparable, 'la mejor amiga que el mundo le pudo dar', y le diga... 'hace tres años te amaba... q ridículo, no?'... tomará mi mano de esa manera protectora y resignada, nos lanzaremos miradas serias que al final cederán a la del otro, reiremos inevitablemente e iremos a festejar q todo terminó. Irá mi mejor amigo de siempre, él, yo... y su novia nos alcanzará allá más tarde... talvez él lo piense unos minutos y después diga, mirando hacia la nada, pero aún hablando conmigo... 'yo te quería... pero no quise arruinarlo'... entonces me mirará a los ojos, sonreiré, reiremos aún más fuerte, nos miraremos con sarcasmo... y esa noche, llegando a casa, recostada en mi cama, con la luz apagada y abrazando la almohada... talvez lo lamente... derrame unas cuantas lágrimas... y, minutos después... siga riendo...

Ella sólo dijo: 'qué final tan triste'... y entonces... cambiamos de tema... otra vez.

Who can name the face?

Who can name the face?
Sólo pretendía ser amada... Quizá comprendió demasiado tarde la paradoja de que con aquella máscara sólo impedía lo que tanto anhelaba...